
martes, 18 de enero de 2011
CASTILLO DE TLALOC Y HUITZILOPOCHLI
Así, en el centro de su ciudad, Tenochtitlán, construyeron un templo con dos altares, uno dedicado a Tláloc y el otro a Huitzilopochtli. Sobre el pequeño templo, cada 52 años se la añadía otra construcción, cada vez más grande,convirtiéndolo de una imponente edificación del mundo antiguo. En las ruinas actuales se pueden ver las distintas etapas, como capas de cebolla.
A estos dioses se les ofrecían sacrificios humanos: a Tláloc, niños varones enfermos, y a Huitzilopochtli cautivos de habla náhuatl, tomados en combate. Cuatro sacerdotes sostenían al cautivo de cada extremidad y un quinto hacia una incisión con un afilado cuchillo de obsidiana y extraía el corazón. El prisionero estaba completamente cubierto de gris, que era el color del sacrificio, y tal vez estaba drogado, pues los gritos se consideraban de mal gusto en el caso del sacrificio a Huitzilopochtli.
El propósito de los sacrificios a Huitzilopochtli era darle vigor para que pudiera subsistir en su batalla diaria, y lograr así que el sol volviera a salir en el siguiente ciclo de 52 años. Según la tradición nahua, han transcurrido 4 eras que terminaron en desastre, y vivimos en la quinta creación que terminara en un año "uno movimiento", esta fecha se repite cada 52 años en el calendario.
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